Fibra dietética y sus beneficios

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Al hablar de fibra dietética  nos referimos  a  sustancias que se encuentran en alimentos comestibles  de origen vegetal formadas principalmente por hidratos de carbono y derivados que son resistentes a la digestión en el intestino delgado pero que una vez  llegado al colon son   hidrolizadas y fermentadas por la flora intestinal.  De acuerdo a esta característica se diferencian en  dos grandes  grupos:

  1. Fibra insoluble de escasa fermentación y no viscosa, constituida por  lignina y polisacáridos no almidón como celulosa y hemicelulosa,  que retienen poca agua y aportan volumen a las heces, permiten que sean más suaves y se movilicen mejor a través del colon; a pesar de que no se consideran laxantes, aceleran el tránsito intestinal, de esta manera ayudan a disminuir la concentración y el tiempo de contacto de potenciales carcinogénicos con la  mucosa del colon.  Se recomienda en caso de estreñimiento y problemas de hemorroides. 

 2. Fibra soluble de  mayor fermentación y viscosidad,   constituid  por polisacáridos no almidón como mucílagos, gomas y pectinas;  almidón resistente,  inulina,  oligosacáridos  como fructooligosacáridos (FOSs)  y galactooligosacáridos (GOSs) y disacáridos. Los efectos derivados de la viscosidad de la fibra son  responsables de sus acciones sobre el metabolismo lipídico e hidrocarbonado y en parte al potencial anticarcinogénico. 

Las propiedades conocidas de la fibra son:

  • Al  atrapar  agua en el intestino producen una especie de gel, cuya  viscosidad  envuelve a los nutrientes  logrando  retardar la absorción de glucosa, aminoácidos y lípidos.  Esto representa un  papel importante en la modulación de la respuesta glicémica, reduce el riesgo de de desarrollar diabetes y ayudan a controlar  los niveles de azúcar en sangre en personas diabéticas tipo 1 y 2.
  • Se unen a los ácidos biliares que intervienen en la absorción de las grasas  por lo que disminuye los niveles de colesterol malo y reduce el riesgo de enfermedad cardíaca coronaria e infarto, de un 40 a 50% comparado con los que consumen poca fibra en la dieta. 
  • Aumentan la sensación de saciedad por el enlentecimiento del vaciamiento gástrico por la fibra soluble lo que ayuda al control del peso.
    El  proceso de fermentación por las bacterias intestinales genera productos  como ácidos grasos de cadena corta (AGCC)  y gases: hidrógeno, dióxido de carbono y metano que junto a la fibra misma presentan un efecto prebiótico: Es decir promueven el crecimiento selectivo con cambios en la composición y actividad de las bacterias   que conforman la microbiota intestinal, cuyo equilibrio es relevante en la regulación de nuestro sistema inmunológico.
  • Liberan ácido láctico que disminuye el PH colonico.
  • Presentan un  efecto antiinflamatorio y bactericida evitando la proliferación e invasión por gérmenes patógenos.
  • Contribuyen a eliminar el amonio tóxico y pueden incluso producir vitaminas del grupo B.
  • Los AGCC son absorbidos en más del 90% por el colonocito, junto a la absorción de agua y sodio y participan en la fisiología del colon:  Son  fuente de energía para las células del colon principalmente el butirato; Estimulan la producción de moco, absorción de iones y producción de bicarbonato; Poseen efecto antiinflamatorio al disminuir la producción de citoquinas proinflamatorias e inhiben  la proliferación de células del colon relacionadas con el origen  de lesiones cancerígenas por lo tanto disminuye el riesgo de CCR.


¿Cuánta fibra necesitas?
La cantidad recomendada de fibra es de 20 a 35 gramos por día. Puedes leer el etiquetado de los alimentos,  en el que te indican la cantidad de fibra por ración. Además la fibra está presente en muchos alimentos sin procesar como frutas, vegetales, tubérculos  y legumbres. 

Debes evitar el exceso de fibra principalmente fermentable por el riesgo a sentirte distendido y lleno de gases, o si padeces del síndrome de intestino irritable.  Si no estás acostumbrado a consumir alimentos con fibra lo mejor es iniciar con poca cantidad e ir aumentando progresivamente la cantidad probando  tolerancia. Un exceso de fibra también es contraproducente ya que puede disminuir la absorción de minerales como hierro, calcio, cobre y zinc.

¿Padeces de estreñimiento? Estas serían las recomendaciones en cuanto al consumo de fibra:
¡Desayuna bien!  Olvídate solo del bocadillo o el sandwich y café,  el desayuno es una comida que puede contener alimentos con una gran fuente de fibra, como son los cereales integrales y  frutas que ayudan a combatir el estreñimiento como la ciruela, kiwi y naranja.

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Si sufres de estreñimiento y eres de lo que no te gusta mucho las frutas o vegetales, añade suplementos naturales a tu dieta como el salvado de trigo  una o dos cucharadas (una cucharada puede contener 1.6g de fibra), siempre tomando mucha agua al día (aproximadamente 2.5 litros diarios).

También dispones de suplementos comerciales a base de psyllium, metilcelulosa,  y dextrina del trigo pero la mayoría  de estos son a base de fibra soluble por lo que debes iniciar con cantidades muy pequeñas y aumentar gradualmente hasta que tu ritmo deposicional se regularice con heces suaves, ya que si inicias tomando grandes cantidades puedes presentar molestias abdominales e hinchazón por gases.

Algunos alimentos con fibra insoluble: Trigo entero o salvado de trigo, cereales integrales, vegetales de hoja verde oscura, apio o céleri, zanahoria, espárragos,  pimientos, patatas.

Alimentos con fibra soluble: Frutas como manzanas, aguacate, calabaza, plátano, frambuesas y otras frutas cítricas; avena, cebada, legumbres.

Algunos Alimentos con fibra de poca fermentación  recomendados para los que tienen problemas de hinchazón, gases o síndrome de intestino irritable: Semillas de líno, chía, quinoa, arroz integral, lentejas, almendras, avellanas, cacahuetes, brócoli, berenjenas, judías verdes, zanahoria, col rizada, espinacas,  zanahorias, plátano, fresas, arándanos, fresas y frambuesas.

Y conociendo todos los beneficios de la fibra ¿a qué esperas para iniciar una dieta alta en fibra?

Fuentes:

Jane Muir. An Overview of Fiber and Fiber Supplements for Irritable Bowel Syndrome. Gastroenterol Hepatol (N Y). 2019 Jul; 15(7): 387–389.

Jensen MK, Koh-Banerjee P, Hu FB, et al. Intakes of whole grains, bran, and germ and the risk risk of coronary heart disease in men. Am J Clin Nutr 2004; 80:1492. 


 E. Escudero Álvarez y P. González Sánchez. La fibra dietética.  Nutr. Hosp. (2006) 21 (Supl. 2) 61-72 

Consumo de alcohol y daño hepático

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Durante la primera visita médica siempre pregunto al paciente ¿Bebe usted alcohol? Y en más de una ocasión han respondido fehacientemente: ¡No! solo una o dos cervezas al día o vino con las comidas. Me parece increíble que muchas personas creen que la cerveza o el vino no son bebidas alcohólicas o que presentan cantidades ínfimas sin ninguna importancia para nuestra salud. Pues ¡Sí señores, la cerveza y el vino también cuentan!No hay un límite bien definido para el consumo de alcohol. 

En un estudio metaanálisis realizado en el 2010, demuestra que el riesgo de mortalidad por cirrosis hepática, aumenta con el consumo por encima de los 12-24g de etanol por día.  El límite  es muy bajo y por tanto siempre es mejor no consumir bebidas alcohólicas. No obstante, la pirámide de alimentación española  recomienda el consumo  responsable, ocasional y moderado. ¿Pero cuánto es moderado? Según la OMS el riesgo de consecuencias perjudiciales para la salud es  bajo si el consumo es  menor de dos unidades de bebida estándar de alcohol  diario en mujeres o tres en hombres. Una unidad estándar en Europa es aproximadamente 10g de alcohol esto es equivalente a una copa de 100-125ml de vino, una cerveza mediana (un quinto o caña de 200-250ml) o una medida de otras bebidas  de mayor graduación por ejemplo una copa de jerez o vermút de 60ml, medio whisky de 35ml o un carajillo de 25ml. En el siguiente cuadro os dejo una guía de unidades estándar de alcohol.

            Fuente: Fundación de Ayuda contra la drogadicción

El consumo diario de alcohol no solo aumenta el riesgo de enfermedad hepática: hepatitis alcohólica o cirrosis hepática con sus complicaciones, también presenta riesgo de  ocasionar una gran variedad de procesos inflamatorios y degenerativos que afecta todos los órganos como lo son:

  • Gastritis.
  • Pancreatitis aguda y crónica.
  • Cánceres de boca, faringe, esófago, hígado, páncreas, mama, entro otros.
  • Alteración de la absorción de vitaminas, grasas e hidratos de carbonos, anorexia y desnutrición.
  • Afectación cardiaca: Miocardiopatía, enfermedad coronaria, arritmias cardíacas.
  • Enfermedad cerebrovascular isquémica o hemorrágica
  • Afectación neurológica tanto del sistema nervioso central como del sistema nervioso periférico, demencia alcohólica asociado a déficit cognitivo, epilepsia, Polineuropatía  y Disautonomía alcohólica que se caracterizan por pérdida de fuerza muscular distal, parestesias (calambres, hormigueos) y dolor en ambas extremidades inferiores  principalmente puede sospecharse por los hábitos del paciente y si sufre algún tipo de síntoma predominantemente en la noche: diarreas nocturnas (que no puede controlar), hipotensión ortostática, palpitaciones, sudoración, descontrol de esfínteres, etc.
  • Afectación psiquiátrica con trastornos de ansiedad-depresión, de personalidad,  adaptación y esquizofrenia.
  • Disminución de la fertilidad en hombres y mujeres.
  • Durante el embarazo aumenta el riesgo de aborto espontáneo, parto prematuro y de síndrome alcohólico fetal, caracterizado por defectos en el crecimiento y desarrollo (microcefalia, dismorfia facial, malformaciones cerebrales, cardiovasculares y genitourinario, etc.)

Por tanto concluyo diciendo que es difícil ser abstemio cuando consumir   bebidas alcohólicas es una costumbre arraigada socialmente; sin embargo, hacerlo con prudencia y solo en ocasiones es ser responsable y cuidadoso  de nuestra salud. Es mejor prevenir que lamentar.

Fuentes:

Rehm J, Taylor B, Mohapatra S, Irving H, Baliunas D, et al. Alcohol as a risk factor for liver cirrhosis: a systematic review and meta-analysis. Drug Alcohol Rev 2010;29:437–445.

https://www.who.int/substance_abuse/publications/alcohol_atencion_primaria.pdf